La sección se disolvió en el año 1988, un año antes de que se crease la Liga Nacional Femenina, debido a los problemas económicos que atravesaba el Real Club Deportivo de La Coruña, sumido en una deuda asfixiante y con el equipo masculino al borde del descenso a Segunda División «B», así como un incremento de los gastos por la creciente profesionalización del fútbol femenino. Tanta inestabilidad acabó por pasar factura, y tras el descenso a Segunda División de la temporada 1978-79, sucedió la mayor calamidad en la historia reciente del club, un descenso a la Segunda División B en la temporada 1979-80 consumado en la última jornada.