En aquellos años Olcina era director de la banda del Ateneo Musical; estos hombres, durante seis o siete meses, todos los lunes se juntaban en casa de J. M. Olcina creando tan sentida armonía para el levantinismo. Así, las camisetas se mantuvieron con franjas verticales estrechas hasta 1924, cuando se ensanchan, dándole así un aspecto más «moderno» a la camiseta pero dos años más tarde se retornaría a las ya tradicionales bandas estrechas.